Alma vendida

Hace dos mil años Jesús encontró a bastantes hombres poseídos por DEMONIOS. A menudo, a estos hombres les salía saliva de la boca, mostraban evidentes rasgos de agresividad y asustaban a todas las personas con las que se encontraban. Verdaderos monstruos de apariencia humana. Hoy, por el contrario, es verdaderamente difícil ser partícipes de eventos tan evidentes de “posesión demoniaca”. Pero, ¿es de verdad posible que en el tercer milenio el Príncipe de Matrix sea más débil o se haya cansado de controlar la posesión total de los seres humanos y del mundo entero? ¿Es de verdad posible que ya no haya fans de Matrix que vendan su alma al príncipe a cambio de dinero, poder, fama y sexo? ¿Estoy convencido de verdad?.
El poseído matrixiano no tiene el aspecto de un loco, ni muestra signos exteriores de histerismo o esquizofrenia. El poseído matrixiano a menudo tiene la apariencia de un ÁNGEL, un hombre cualquiera que en definitiva parece que no hace nada malo, pero que secretamente está sometido al DEMONIO de la depravación o de la envidia o de la deshonestidad, o del orgullo, de la autoexaltación, de la maldad, de la falsedad, de la infidelidad y de todos los otros problemas de carácter que lleva tras de sí y que alteran y distorsionan su imagen de fan de Jesús.
Cada día, cada minuto y cada decisión de mi vida comporta inevitablemente una guerra psicológica interior en mi conciencia. Por una parte están los ÁNGELES que me proponen una elección coherente con los principios divinos de amor, justicia y verdad. Por otra parte están los DEMONIOS, los cuales, al contrario, apuntan a mi orgullo innato y a todos los otros defectos de carácter que todavía no he conseguido alejar de mi corazón. La “posesión demoniaca” moderna no se evidencia casi nunca como hace tiempo, con formas exteriores groseras y repugnantes. La misma, se esconde con malicia y deslealtad detrás de cada uno de mis defectos de carácter, de cada uno de mis errores, de cada inclinación malsana contra la cual he dejado de combatir. Si el DEMONIO del orgullo, de la envidia, de la corrupción no desencadenan ya ninguna lucha de oposición en mi conciencia, entonces quiere decir que me he rendido al DEMONIO. ¿Cuántos demonios tengo todavía que expulsar de mi “armario”? ¿Cuán oscuro está mi sótano interior? ¿Durante cuánto tiempo protegeré, disminuiré y justificaré su presencia y su “posesión” en mi vida?. La única via de salida para mí, poseído por Matrix, es una mutación genética, de Matrix Style a Christian Style… en definitiva de DEMONIO a ÁNGEL. Y el único capaz de efectuar un cambio así de profundo y auténtico en mí es Jesús. De hecho, su palabra me promete: “Te daré un ADN nuevo y pondré dentro de tí genes nuevos, quitaré de tu cuerpo el ADN matrixiano y te daré mi ADN divino (Ezequiel 36:26). ¿En qué manos pongo mi destino? ¿A quién confio yo el control de mi sótano interior?. Jesús (exactamente como hizo hace dos mil años), es capaz de expulsar a estos DEMONIOS de mi vida haciéndome un hombre libre física, psicológica y espiritualmente. Jesús es el único que puede vaciar mi sótano de los DEMONIOS más ocultos y solapados. Jesús es el único que puede liberarme de la “posesión demoniaca” que controla de manera más o menos evidente a todos los fans de Matrix.

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